miércoles, 31 de diciembre de 2014

2.014... ¡Estás despedido!

Jesús posando para ortagrafía
      Hoy es el último día del año, oh my god. Lo sé porque ha sido encender la tele y ver la mítica entrevista que le hacen al relojero de la Puerta del Sol, un tal Jesús López. Admiro a ese noble señor por dos motivos. Punto número uno, siempre se las arregla para explicar algo novedoso a la par que impactante acerca de la maquinaria, y ya lleva la tira de años. Me recuerda a Antonio Lobato en los previos de fórmula uno, cualquier día le vemos entrevistando al urólogo de Bernie Ecclestone. Ciertamente son dos hombres que no dejan de reinventarse...¡Y punto número dos! Aunque Jesús no vaya vestido en plan Matrix ni posea un báculo capaz de invocar al dios del trueno, es el auténtico guardián del tiempo. Un engranaje mal lubricado podría sumergir a España en un limbo espacio-temporal donde Rajoy fuese elegido presidente cada atardecer, con los consecuentes recortes, desfalcos, desahucios, patadas al programa electoral, tarjetas black y, lo que es peor, saltitos en el balcón para celebrarlo.

  

¿No ha sido para troncharse?
              Esta noche es la más esperada por muchos "maestros del humor de barrio". Llevan 365 días esperando que den las 12:05 del 1 de Enero para cogerte por banda en ese bar de siempre y soltarte aquello de "¿¿Cuánto tiempo?? ¡No te veía desde el año pasado!". Entonces caerás en la cuenta de que le habías visto cuatro horas antes, todavía en 2014...¡y ahora ya es 2015! Su astuta observación surtirá efecto en cuestión de mili-segundos... ¡¡Y te partirás "toa" la caja de risa!! Tú y también ese otro tío que no conocéis de nada pero siempre escucha vuestras conversaciones. Como "maestros del humor de barrio" que son, saben que el chistecico puede perder fuelle por aquello de repetirlo todos los putos años, así que previsiblemente habrán introducido algunas innovaciones como pueden ser un cambio en la entonación, una leve pausa que fomente el suspense o quizás una completa transformación  de la frase sin perder un ápice de efectividad "Para haber pasado un año te conservas bien". Los hay más atrevidos que incluso juegan a adivinar el futuro y a las nueve del día 31, cuando te largas a cenar con la familia, te dicen "Hasta el año que viene" con una media sonrisa.

      La noche vieja me crea cierta ansiedad, lo reconozco. La gente no deja de decirme "Pásatelo muy bien esta noche", en imperativo....Y claro, yo soy muy bien mandado y temo defraudarles. En Facebook, en Whatsapp, por teléfono, en persona...Qué presión. Los peores son los que sueltan "Pásatelo como tú solo sabes" y desaparecen, sin dar más detalles. Curiosamente suele ser gente con la que nunca he salido...o igual iba borracho y no me acuerdo. Total que me paso las horas bailando a lo Travolta, cada vez de forma más sensual, y canto todas las canciones que ponen con perfecta pronunciación aunque estén en alemán. Quiero que si a uno de esos mandamases le da por mirar vea que estoy haciendo el ridículo como yo sólo sé. Luego está el tema de los besos y los buenos deseos, siempre me sorprende la cantidad de conciudadanos preocupados por mi bienestar y éxito profesional. El resto del año lo disimulan bastante...supongo que es la magia de la navidad.

En fin, con esto de la crisis hasta se despide a los años. Adiós 2014. Mis alumnos, mi sueldo, mi propio piso, mi viaje a Liverpool, mis amigos, mi familia. Ha sido un año cojonudo. 

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