sábado, 31 de marzo de 2012

Pájaros en la cabeza

        A veces, mientras desayunas, te invade la sensación de haber soñado con algo. Sí, casi seguro...pero...¿qué fue? ¿quiénes aparecían? ¿dónde ocurría?...A media noche lo recordabas en HD, como si la vida dependiese de ello... Ahora sólo quedan imágenes desordenadas y borrosas de algo que resultaba tan palpable, tan verosímil... Una pena que ya sólo puedas fregar el tazón, recoger el café y marchar al trabajo (Si es que tienes).

Típico desayuno español

       No sólo se sueña con los ojos cerrados, todos lo sabemos. Si no lo sabes es que no estás vivo. Siempre he odiado con toda mi alma la frase "los sueños, sueños son". Lo peor es que a cierta edad todo el mundo comulga con ella, como borregos. Parece que ser maduro signifique dejar de luchar por lo que uno siempre quiso "Soy súper maduro y ya no tengo pájaros en la cabeza" Qué conformismo, que vagancia, qué facilidad para auto-proclamarnos Don nadie. Cómo si soñar fuese malo o simplemente cosa de críos...Madurar es temer al fracaso.

      De pequeños, cuando a penas levantamos palmo del suelo, nos encanta imaginar qué seremos de mayores. Futbolistas, cantantes, actrices, directores de cine, científicos...En definitiva apuntamos alto, ansiamos reconocimiento *. Los adultos ríen con estas declaraciones más que con chistes. Yo sólo tenía clara una cosa: quería ser felicitado por algo que no fuese mi cumpleaños. A medida que pasan los años la sociedad se encarga de hundir cualquier intento por salirse del tiesto. Sólo hay que ver la escasa importancia que se da a asignaturas como música, plástica o educación física. La originalidad es tachada de locura y las ganas de tontería. Muerte a la imaginación ¡sigamos al rebaño!


Lo tienen que tener jodido para encontrarse en las fotos


        Llevo escribiendo desde los 12 años. Artículos, series de tv, cortometrajes, canciones, éste blog o simples listas de la compra. Mucho de lo tecleado nunca salió de mi ordenador... ¿Y qué? Me hace sentir valioso, alguien con algo que ofrecer, con un sueño. Apoyos los mínimos, claro. Cada vez que reconozco mi afición se hace el silencio y se cambia de tema, parece pecado. Me consuela saber que el profesor de un tal Albert Einstein le tachó de "moralmente lerdo". Incluso su propia madre juró que era retrasado mental.
          No mueras con veinte años. Lucha por todo aquello que te produzca mariposas estomacales y nunca dejes que nadie diga lo que debes o no debes ser. Al fin y al cabo, es nadie.

* Como excepción, uno de mis alumnos más brillantes quería ser pastor. Quizás se dió cuenta de que somos ovejas.

miércoles, 28 de marzo de 2012

Otra de talento

       Sería un sacrilegio no publicar este vídeo. Perfectamente podrían ponerlo en los diccionarios como definición de talento. Una guitarra y cinco genios demostrado que, con esfuerzo, el ser humano puede parecer menos tonto.




Una pena que algunas personas solo sepan tocar los...

domingo, 25 de marzo de 2012

Esperando recompensas

       Desde la cuna,  plantaron en mi cabecita la semilla del esfuerzo. "Estudia hijo, estudia" decía mi madre. "Cuánto más te esfuerces, cuánto más trabajes, mejor te irá" decía mi padre. "No te fijes en los demás, no te compares, simplemente da lo mejor que tengas y espera" decía vete tú a saber quién. Claramente  me lo creí todo... ¿Cómo no? ¿Cómo dudar de algo que sonaba tan lógico? Tomé aquellos consejos al pie de la letra, mejor un diez que un nueve...pero...¿Po-po-por qué todas las chicas se peleaban por los repetidores? ¿Qué ganaban los estudiosos a parte de motes y números en un boletín? El plan hacía aguas.

Has visto que lista soy.
        Hay frases muy bonitas de decir, suenan precioso. Las palabras encajan como piezas de un puzzle y su mensaje es cautivador. Normalmente van seguidas de silencio y caras aleladas. Quién las suelta aparenta una inteligencia abrumadora. Me refiero a los refranes o a esas apodadas célebres que van acompañadas por su autor (Que digo yo: ¡anda que no habrá gente que haya dicho lo mismo!). Me ha dado por buscar unas cuantas sobre el esfuerzo, se llena la boca:
    • El éxito es dependiente del esfuerzo- Sófocles.
    • En todos los asuntos humanos hay esfuerzos, y hay resultados, y la fortaleza del esfuerzo es la medida del resultado - James Allen.
    • Lo que hagas sin esfuerzo y sin presteza, durar no puede ni tener belleza- Plutarco.
       Queridos Sófocles, Allen y Plutarco (o como se diga), qué anchos os quedásteis, cabrones. No digo que no tengáis razón, Dios me libre...sólo digo que, al menos, no vivisteis en mi pueblo. Este mundo, mal que nos pese, está diseñado por y para los vagos. He pasado por colegio, instituto, universidad y trabajo...aún no me han dado un aplauso por buenas obras y noches en vela. ¡Qué menos que una botellita de champán y un par de Pamelas Anderson! ¿Es mucho pedir a cambio de tanto sacrificio? 

         Cuando estudiaba Primaria esperaba una recompensa en la ESO. Cuando pasé a la ESO esperaba una en Bachiller, cuando pasé Bachiller esperaba algo en la Universidad. Nada, cero patatero. Ni una palmadita en la espalda...Y lo peor no eso, no...lo más lamentable es que pases un mes preparando un examen en el que sacarás menos nota que un carnicero experto en chuletas. Allá dónde haya un verdadero currante, habrá cinco vagos sacándole partido. Hay que aceptarlo, nos invaden y llegan tanto o más lejos que cualquiera. Qué listos...

Asín se sacan las carreras, asín.

Habrá que seguir esperando el milagro...

       

Magia

Gracias Fernando por hacer de este domingo un día genial. Victoria número 28 con sabor a gloria, saliendo octavo. Perdóname por casi olvidar que siempre has sido el mejor. 

sábado, 24 de marzo de 2012

Cariño, he agrandado a los niños.

     Siempre que ocurre cualquier problema entre niños, pongamos una pelea, aparece el típico padre que, con cara de sabelotodo, suelta aquello de: "Niños...no tienen remedio". Acto seguido el resto de progenitores agita la cabeza en modo afirmativo, cual rebaño "¿Qué se puede esperar de un par de críos insensatos?" Efectivamente, los niños no tienen remedio...ni siquiera cuando les salen las canas y se llenan de arrugas.

      Me paso el día domando fieras. No, no vivo del circo... soy profesor. Antes de empezar a trabajar mi concepto sobre la infancia era bien distinto. En la "uni" (así la llaman los guays) todos juraban una vocación y un amor inconmensurable por los renacuajos:  "Quiero ser profe porque me encantan los niños". Qué majos, qué puros, qué sinceros, qué felices...¡No albergan maldad! ¡Son el paraíso!  Luego entiendes que ser maestro poco tiene que ver con visitar a tus sobrinos en domingo. Así es la vida.

           
      Cuantas más clases doy, más afirmo que los niños son adultos en miniatura. Mejor dicho, los adultos somos niños grandes. Sí, sí, como en esa película.  Queridos padres, madres, abuelos, tías, hermanos y demás familiares que sueltan perlas sobre algún pequeñuelo: DEJEN DE FINGIR. Sí, sí, como lo oyen. A mí no me van a engañar con tanta palabrería. Si algo nos diferencia de los medio metro es que ellos no saben callarse nada, no pueden mentir. Quieren llorar...pues lloran; quieren gritar...pues gritan; su compañero les da una patada...pues se la devuelven más grande. Me gustaría saber lo que harían ustedes si no existiesen las cárceles. 

      Acarreamos los mismos defectos desde la cuna, solo que con el tiempo nos da vergüenza aceptarlo. Mis alumnos se pelean por pinturas, por dibujos o por colocarse primeros en la fila. Envidian juguetes, ropas y protagonismo. También insultan, pegan y espían. Su error es no saber disimular, se les pilla antes que a un cojo. En unos años aprenderán a tapar el rastro y podrán considerarse verdaderos adultos... de esos que envidian, chismorrean, compiten, pisotean y dicen ser ejemplos de conducta.


viernes, 23 de marzo de 2012

Mi madre me ha pillado

Una lección para los guionistas españoles. No hace falta ser guarro para hablar de guarrerías. 

lunes, 19 de marzo de 2012

A pagar toca

      Cualquier tío que niegue sufrir o haber sufrido de "pagafantismo" es un jodido mentiroso. Si sorprendentemente eres la excepción a la regla...YA TE LLEGARÁ, PÁJARO. Cumples los 17, te cuelas en un bar y te aborda una chica que, sin ton ni son, exige una copa. Qué simpática, sí señor. Algunas, las más honestas, hacen un esfuerzo y fingen un mínimo de interés. Te miran como si fueses un postre, te perrean  y te preguntan si vas al gimnasio mientras acarician tu brazo ¡Casi crees ser guapo! Incluso los más tacaños, esos que beben agua del grifo en la discoteca, caerán en la bromita.


             Por suerte, amanece un día en el que las ves venir a kilómetros (como si tuvieses un radar instalado en el miembro viril). Una pena que ese día tarde tanto en llegar. Lo primero que debe hacer un alcohólico para dejar atrás sus problemas es admitirlo. Para los pagafantas, lo mismo. No seas tímido y publica un comentario sincero al pie de este artículo. Dejo aquí esta plantilla copia-pega para los más vagos:

"Soy _____________ y soy Pagafantas"

             Esta clase de arpía no deja de reinventarse en las técnicas. El sábado pasado me acerqué a pedir a la barra de un bar, cubatita para ser más exactos. Pagué con un billete de diez y no recibí cambio. Ya sé que los tiempos están muy mal y los listos abundan, pero me atreví a preguntar. Efectivamente, la copa ascendía a 5 € ¿Dónde estaba mi pasta fresca? Se ve que unas gentiles damas (de 16 añitos fiera) cargaron sus chupitos malibu-piña a mi cuenta sin avisar. No pude sentirme más feliz. Tuve que acercarme para mandarlas, con mucha educación, a la real mierda. Recuperé mi dinero y no dudé en señalar a otra posible víctima. Ojalá que tuvieran suerte.


Papel de regalo

              Qué curioso...Siempre que hacemos un regalo nos volvemos locos por despegar el precio (no sepan que es del chino) y forrarlo con preciosísimo papel (del chino también). El celo en trocitos pequeños, no seamos chapuceros. Tampoco pueden faltar ese lacito cursi ni esa dorada pegatina con "Espero que te guste". Cualquiera diría que atrae más la presentación que el propio obsequio.  De hecho, si se te ocurre regalar sin envoltorio, prepárate... "¿¿Qué clase de regalo es este??" "¿¿¡¡Es que no me quieres!!??"  Mismo premio y misma intención, pero..."¡Menudo soso!"

              Nos chiflan los rodeos, y no me refiero a esos americanos. Cuanto más cueste quitar el papel más expectación, más interés. Lo fácil es tan sencillo, tan aburrido...Algunos hasta esconden el paquete por casa, cualquier estrategia con tal de desesperar al cumpleañero. El que quiera peces que se moje el culo, suelen decir. Si por algún casual tira la toalla y deja de rebuscar, ya se le dará alguna pistita que le devuelva el interés. Las chicas son expertas en el arte de envolver, me han enseñado mucho. Si no que se lo digan a esta:


                El otro día, viajando en tren, me senté tras un par de féminas. Perfectamente podrían haber sido chicos, que no recaiga el peso sobre vosotras. A riesgo de ser cotilla, pegué un poco la oreja. Una de ellas había salido de marcha la noche anterior y, supuestamente, un insensato se la había sincerado. Ambas rieron malévolamente, yo también. Acto seguido, la amiga pidió a Dulcinea más información. El caso es que el chico tuvo que irse a casa solo y avergonzado ya que Dulcinea le regaló un rotundo NO, de esos que golpean cual mazo en entrepierna. Pobre...

                 La cosa siguió y, curiosamente, Dulcinea admitió sentir algo por el chico. Aún así se negó...claro, claro, hay que hacerlo interesante ¡Que sufra! Ahí comenzaron una sarta de recomendaciones por parte de la amiga, me entró hasta miedo. Entre ellas: agrégale al tuenti, salúdale de vez en cuando, dale tu móvil pero luego no le contestes si te llama, compra un muñeco que se le parezca y hazle vudú...Alucinante. Alguna es inventada, perdón.

                 Cuántas veces me lo habrán hecho. Tú quieres, ella quiere... pero nada, a esperar. Regalos baratuchos que aparentan calidad. Tendré que dejarme uñas para despegar tanto papel.
              

jueves, 15 de marzo de 2012

¿Cómo lo quieres?

              Sabes cómo entras, pero no cómo saldrás.  Aún así te arriesgas cada dos meses, menudo machote estás hecho. La última vez juraste, al menos, cambiar de sitio....pero ahí estás, sentado en la misma silla frente al espejo de siempre. Botes de gomina, laca y colonia abarrotan cada estante, cual libros en biblioteca. Pósters de jóvenes repeinados que nunca estuvieron ahí adornan las paredes. Date diez  minutos y echarás de menos tu actual reflejo. Adiós, querido...adiós.

               La palabra "cita" siempre me pone nervioso, sea cual sea su contexto. Si además le añades "con el peluquero", es para echarse a llorar. Cómo odio esos días en los que mi mamaíta comienza a toquetearme la cabeza mientras suelta eso de "vaya pelos más asquerosos llevas". Tarde o temprano habrá que solucionarlo...más que nada por no escucharla. Quizás es cosa mía, pero creo que las madres perciben comisión en cada corte.

               Entras en el local y esperas tu turno, hasta para las torturas se debe hacer cola. Mientras tanto, echas un vistazo a  interesantísimas revistas de cotilleo caducadas hará un mes. De pronto escuchas eso de "Te toca, chaval", y ya no hay vuelta atrás. Tomas asiento y te colocan ese babero para que no te piquen los pelitos, que amables. Entonces llega la pregunta del millón "¿Cómo lo quieres?"


                 Los peluqueros siempre están seguros de lo que hacen, pocos currantes tendrán tanta confianza en sí mismos. No es necesario darles demasiadas explicaciones, ellos siempre te entienden. Qué genios. Por sus manos-tijera pasarán 20 personas al día, pero si tú dices "Lo quiero como siempre", así se hará. Memoria fotográfica, oye. Lo mismo tienen un álbum de clientes sobre su mesilla de noche...

                Clavas la mirada en el espejo y no te mueves ni un milímetro, no vayan a dejarte a lo Van Gogh. El pelo cae y cae sobre tus hombros cómo hojas en otoño. Las tijeras no paran de sonar, chis-chas chis-chas. De pronto el artista se detiene a contemplar su gran obra y respiras aliviado. "Tampoco ha quedado tan mal, reto superado". Desafortunadamente retoma su tarea, sin consultar. Un poco más aquí, otro poco más allá... ¡¡¡¡Ahora sí, guapísimo, el desastre es perfecto!!! Son 15 euros.

                  "Qué, ¿cómo te ves?" 
 

lunes, 12 de marzo de 2012

Sin aviso

             La conociste en una de esas noches dónde no esperas nada y acabas teniéndolo todo. Era tarde, estabas cansado y aprovechaste un descuido para tratar de recuperar tu abrigo de la montaña de chaquetas. "Este no es...¡este tampoco!" De pronto palpaste algo familiar y tiraste sin dudar. Casualmente, tu abrigo hacía las veces de pilar maestro y  la torre cayó sobre tus hombros, como lluvia. Todo el bar contemplaba el caos sin pestañear. Ella apareció de la nada, sonrió y enmendó el desastre antes de que pudieras levantarte. 

                Conectasteis y ni siquiera tú sabes cómo. Quizás fueron los cubatas, quizás las miradas, quizás ese par de chistes malos que sonaron a buenos...quizás todo. Nada más bonito que los principios. Pasaste de ser uno a ser dos. Los meses se llenaron de sonrisas, paseos, viajes, proyectos, promesas...tantos meses que resultaron años. Todo parecía tan fácil, tan perfecto. Casi de cuento. Observabas el mundo desde el balcón, lo tenías todo.


                  Repentinamente algo se torció, algo cambió. De la noche a la mañana el teléfono dejó de sonar...ya sólo sonaban las excusas. Hoy no puedo, hoy me duele la cabeza, hoy hace frío...hoy no quiero. Los rumores caían como aquellos abrigos y tratabas de arrancarte los oídos. No podía ser posible, la conocías demasiado... "¿¿¿Otro chico???"... "¡Ella no haría algo similar, ella es ELLA!". Cuántas veces entonaste aquello de pongo la mano en el fuego. Si tuvieses que cumplir tus juramentos, estarías sin manos. Qué extraño, los mejores momentos llegan y se marchan del mismo modo...sin aviso.
              

viernes, 9 de marzo de 2012

Entre caña y caña

       Si tuviese que elegir entre todos los momentos vividos a lo largo de un sábado noche, escogería el principio. Quedas con los de siempre en el bar de siempre, te sientas en la mesa de siempre y pides...¿Qué pides? Pues lo de siempre. Si encima te atiende el camarero de siempre, perfección. Todos colocados cara a cara y separados por jarras de cerveza barata que sabe a gloria. Si estamos generosos, hasta compramos cacahuetes. Venga lo que venga y ocurra lo que ocurra, salir ya ha merecido la pena.

       A riesgo de resultar repetitivo, también surgen los temas de siempre. Pareciera que llevásemos una lista, como mamás haciendo la compra. Punto 1, estudios; Punto 2, mujeres; Punto 3, mujeres que conocemos estudiando; Punto 4, volver al punto 2. Así desde que el mundo es mundo. Es gracioso que cada tema siempre tenga la mejor de las acogidas, ni una queja. Qué buenos somos haciendo lo que nos gusta.



       A medida que baja la cerveza, sube la calidad en los diálogos. Tras el punto 4, llega el punto perfecto: Ni soso ni borracho. Eres tú mismo, en la mejor de las versiones. La mesa se convierte en un polígrafo y nada queda en el tintero. La sinceridad fluye, la amistad se palpa. Todas las cartas descubiertas. Brindar, reír y volver a brindar ¡Otra ronda, esta la pagas tú!

     A un lado los solteros y a otro los cazados. Curiosamente, todos queremos sentarnos en el lado contrario. "Ojalá tuviese novia" "Ojalá fuese soltero", qué inconformismo más sano. Las relaciones amorosas son como los bares. Unos hacen cola para entrar y otros se pelean por huir. Fuera hace demasiado frío y dentro demasiado calor. Mi parte preferida es cruzar el umbral, disfrutar de las primeras canciones y esquivar, mientras pueda, los pisotones. 

jueves, 8 de marzo de 2012

La paja en el ojo ajeno

              Volviendo del trabajo me he topado con uno de esos abuelitos de pelo aceitoso que se hacen la cortinilla a lo Anasagasti. No he podido aguantar la risa, lo reconozco. Incluso me he girado levemente para observarle de forma panorámica...Sigo siendo un crío.  Lo desconcertante es que caminaba desprendiendo un orgullo infinitamente mayor al mío, un auténtico seductor a la española. Ni siquiera Elvis, con semejante tupé, derrochaba tanto carisma ¿Os imagináis al señor Presley con cortinilla y meneando cadera?

Ahí le tenemos.
             Me cuesta comprender a esos adorables viejecitos. Ojalá supiese lo que pasa por sus peladas cabezas mientras que, frente al espejo, despliegan sus dotes de peluquero cada mañana. Supongo que no saldrían así a la calle de no estar completamente convencidos. Creerán que nadie se percata, que su escondite es perfecto. Tan felices como un bebé que cierra los ojos y siente desaparecer. Si alguien tuviese el valor de devolverles la vista...

            Esta anécdota me ha hecho recapacitar. En realidad, todos tenemos alguna cortinilla...y no me refiero a las de pelo. Reparamos rápidamente en las de otros y no entendemos por qué siguen llevándolas "¡Es obvio que le queda horrible!" "¿por qué no se la quita?" Ten en cuenta que, mientras te haces esa pregunta, otro no cabrá en su asombro mirando la tuya. Sí, la tuya, esa tan bien peinada. 

martes, 6 de marzo de 2012

Una de talento

         Sin darme cuenta, se me ha hecho tarde para escribir. Algunos temas han pasado por mi cabeza fugazmente, pero tendrán que esperar. No me gustaría desperdiciarlos, no publico por publicar. Las cosas se cocinan a fuego lento. Quizás mañana pueda ofrecer algo que no se olvide a los cinco minutos de ser leído. 

            De todos modos, sí que me gustaría despedirme con una verdadera muestra de talento. Al menos, desde mi punto de vista. Lo que a unos conmueve, a otros aburre. Adoro la música, me hace sentir vivo. Tampoco pido demasiado...una guitarra y una voz. No se es mejor por decirlo más alto.

             Esta es una de esas canciones que me hace cerrar los ojos, respirar hondo, tumbarme en la cama y dejarme llevar. Cada acorde me recorre de arriba a abajo y cada desgarro de voz eriza mis pelillos...Nada importa durante cuatro minutos, solos yo y la melodía. Ojalá puedas sentir la magia. Vuela. 

Chis Cornell - Redemption song
 

lunes, 5 de marzo de 2012

Bajo la luna

              Cuando cae la noche, la luna asoma y atrae a las mareas. El agua sube con sigilo, avanzando palmo a palmo. La arena termina rindiéndose al mar y retira sus tropas. Desde la barandilla, la fotografía no es la misma. Adiós al cálido sol, adiós al seguro suelo. Sólo queda oscuridad, agua salada y silencio. El nuevo paisaje seduce; seduce y aterra. Horas antes, ahí abajo, caminabas descalzo  y nadabas en busca de escurridizas olas. Volverás a hacerlo al amanecer, sin duda...pero ahora, apoyado en la barandilla, eres incapaz de dar un paso adelante. Todo es tan distinto, tan respetable...Que vuelva la luz, que regrese la realidad.


            No sólo suben las mareas, también el ego. De noche, bajo las nerviosas luces de discoteca, ya no hay chicos ni chicas, ya no hay hombres ni mujeres. Abundan príncipes, princesas, reyes y reinas. Si deseas conocerles, más te vale pedir audiencia o serás el bufón de la corte. Bonitos peinados, atractivos perfumes, acertados maquillajes y favorecedoras prendas de vestir. Tanta perfección seduce; seduce y aterra. Sombras que engañan y no dejan ver. Apoyado en la barra todo es tan distinto, tan respetable...Que vuelva la luz, que regrese la realidad ¿Quién diría que bajo tanta agua solo hay arena?     

sábado, 3 de marzo de 2012

Ponerse la bata

              Viernes noche, alabado seas. Cinco días esperándote y por fin llamas a la puerta ¡Justo cuando me había olvidado! Menudo remolón estás hecho, haciéndote de rogar los lunes y flaqueando los jueves...¡granuja! De tanto repetir estrategia no sé cómo sigues manteniendo mi interés. Cualquier día te cambio por el sábado, sin pestañear...¡Luego no vengas suplicando!

              Atrás quedan cinco jornadas de trabajo, vitrocerámica, estropajo y...¿por qué negarlo? Algo de vicio. Ayer incluso me dejé caer por una cata de vinos y fingí ser experto. Que si taninos, que si afrutado...Lo mejor será desconectar ya, acomodarse y disfrutar el momento ¡Cómo eché de menos este colchón mientras buscaba postura en la T1! A lo tonto, ya hace una semana... Basta de cháchara, se hace tarde y debo escribir. Bajemos la persiana. El flexo ya alumbra este teclado y, con suerte, mis ideas. 

                     Recuerdo a mis profesores. Especialmente, a esos que me dejaban sin recreo y querían hablar con mamá...para felicitarla, claro. Ni siquiera he olvidado sus nombres, cosa que no tiene demasiado mérito. Todos se llamaban igual, "profe". Pasa igual con los camareros, todos son "perdona". Cuando era alumno nunca me plantee ciertas cosas. Tenía la sensación de que los maestros no eran terrícolas. Siempre  puntuales, siempre correctos, serios el 120 % del tiempo y con cara de sospecha. Seres inquietantes... la tiza parecía su mascota. Hubiese jurado que nacieron viejos, con gafas y libro bajo el brazo. Qué dedicación, que entrega ¿Quién iba a pensar que maldecían el despertador cada mañana por tener que ir a trabajar?


                  Curiosamente, ahora vivo al otro lado de la ley. Un profesor más, cuesta creerlo en muchas ocasiones. De hecho, si por urgencia alguien exclamara "¿Hay algún profesor en la sala?", me costaría reaccionar. Inmaduro de noche, "profe" de día. Doble vida en toda regla, cual Súper Héroe. A cien metros del colegio comienzas a cruzarte con pupilos y, con estudiado disimulo, te plantas el antifaz. De pronto eres capitán perfecto. Fuera abrigo, toca bata blanca ¡Abran sus libros por la página 100! ¡Más les vale no rechistar o desearán no haber venido!  Seis horas después la bata ondea en el perchero y los poderes desaparecen. Vuelves a ser Clark Kent. Toca ir a casa, chatear y decir palabrotas.