ADELANTE

              No quedan páginas por arrancar en nuestros ya estropeados calendarios de pared. Sólo restan días para que 2.012 se convierta en un reflejo más de ese retrovisor al que llamamos vida. Atrás quedan doce meses cargados de idas, venidas, subidas (de impuestos) y bajadas (de sueldos) para todos los gustos y paladares. En general, llegados a este punto, compartimos la irritante sensación de que el tiempo va tan deprisa que no deja tiempo para nada. Durante esta semana os hartaréis de escuchar "Buf, otro año que se va" "¿2.000...13?" "¡Si parece que fue ayer cuando....!" Para algunos el nuevo número supondrá estar más cerca de sus metas; para otros, estar más lejos. También habrá quien acabe de alcanzarlas y, tristemente, quien parezca caminar totalmente perdido. El trece no es demasiado esperanzador a primera vista (y menos con esta sarna de sinvergüenzas en traje) pero, sea cual sea tu situación, échale un par y sigue adelante.

¿De qué se ríen estos dos?

           
               Juraría que 2.012 no ha dejado indiferente a nadie, y menos aún a los de siempre ¿Quiénes son los de siempre? Pues nosotros, los de a pie, los insignificantes, los tratados como gilipollas, las hormigas que mantienen entre algodones a las puñeteras cigarras, los que cada vez pintamos menos y aguantamos más, los sin voz. Si tuviese que bautizar este año, lo llamaría "El año en el que se nos encogió el culo bien encogido". Tiempo de incomprensión, vapuleo, agitación, rabia, indefensión, vergüenza, miedo, lástima...Tiempo en el que cualquiera con un mínimo de cerebro se habrá dado cabezazos al llevar más de una década votando a completos subnormales. Aquí ya no valen ideologías políticas, está más que demostrado que todos son como chinos y japoneses ¿Quién los distingue? Ya no hay PP ni PSOE, más bien un ridículo y podrido PPSOE que nos hace reír por no llorar...Aunque para ridículos nosotros, que no hemos despertado hasta contemplar con nuestros ojitos como vecinos, amigos y familiares se han ido directos a la calle tras una vida de esfuerzo, mientras nos gobiernan personas con menos títulos que nuestros hijos. Las fichas de dominó comenzaron a caer hace varios años, pero hemos esperado a que caigan las nuestras para empezar a gritar. Demasiado tarde para poner las barbas a remojar ¿No os parece? Ha sido un año duro, muy duro, y lo que nos queda amigos.

               El discurso de navidad de este blog no lo va a dar el rey, lo va a dar Toni Cantó (de actor a político). Me sorprende que en el título del vídeo aparezca "Toni Cantó se vuelve loco" ¿¿¿Loco??? ¿¿Acaso decir verdades a la cara es de locos?? Si es así, que me ingresen en un manicomio. Atentos a sus palabras, no tienen desperdicio (ni tampoco las de Mr. M): 

                  Me despido de vosotros con este artículo, pero no es un adiós...sólo un hasta pronto. Atrás dejo 150 publicaciones (bonita cifra para terminar el año), con la esperanza de haberos sacado varias sonrisas, haberos hecho reflexionar y haberos sorprendido en más de una ocasión. Mucho es lo dicho y, esperemos, mucho lo que queda por decir. Ahora es momento de echar un ojo atrás y otro adelante, continuar caminando sin olvidar los pasos dados. No sé muy bien qué pedirle al año nuevo, sobre todo sentido del humor... Lo que sí tengo claro es qué NO pedirle.  No quiero ciertas personas, no quiero ciertas sensaciones ni ciertas situaciones. No quiero vagos, no quiero mentiras, no quiero hipocresía. Saber por dónde no ir nos acerca, sin duda, a buen puerto. Un fuerte abrazo a todos y gracias por estar ahí.

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