De renacuajos muchos sueñan con ser famosos. Yo no iba a ser la excepción pues no hay mejor profesión. Por ahora disfruto con las incesantes llamadas de mi fan number one, Telefónica Movistar, a la cual envio un besazo y mis mejores deseos. Cada año los Reyes Majos vienen cargaditos de balones, estuches de maquillaje o radios karaoke para "amenizar" a la familia. Cualquier invento con tal de seguir a sus ídolos. Algunos ni siquiera esperan a Navidad porque papá y mamá son incapaces de decir que NO al chiquillo. Si tanto salen en pantalla, tantos cochazos conducen, tantas conversaciones protagonizan, tantos billetes guardan y tantas amantes gastan ¡¡¡será que no se puede ser más importante!!! Supuse, de crío, que sólo los mejores llegarían tan lejos ¿Quién si no? ¿Acaso un Don Nadie podría ser tan aclamado?
Cosas propias de la edad
Cuantos más años cumplo menos entiendo la fama y, en consecuencia, menos comprendo la sociedad. Respondiendo a la anterior cuestión, está claro que un completo inútil/estúpido/analfabeto/tuercebotas puede ser de lo más popular (algunos hasta dirigen países). Que los niños y niñas les adoren es comprensible y perdonable, su cerebro está gelatinoso y su mundo no alcanza mucho más allá del patio de recreo. Reconozco que yo mismo admiraba a Leticia Sabater cuando decía aquello de Al medio día, alegría; Incluso le envié varios dibujos diciéndole que me encantaba su "pograma". Me avergüenza, sinceramente, que un ídolo infantil protagonice esta clase de vídeos.
Lo verdaderamente imperdonable es que este bochornoso suceso siga ocurriendo con adolescentes y adultos. Hacemos de oro a auténticos y auténticas gilipollas que han sabido montárselo muy bien ¿ Estamos tontos o qué? Para que vean de lo que hablo, ilustraré este artículo con algunas vivencias personales que aún me provocan pesadillas:
- Suceso número 1: Hace algunas semanas pasé la noche del sábado en una discoteca Logroñesa. Me pegué dos horas conociendo a chicas, tratándolas como un completo caballero. Me interesé por ellas, las hice reír y entretuve a más no poder. Mis amigos también hicieron lo propio. De pronto paró la música y comenzaron a poner la sintonía de Gran Hermano. A una especie de escenario saltaron dos concursantes de la última edición. Todas las féminas del local salieron cual avalancha hacia ellos, pisoteándose y tirándose de los pelos por conseguir foto y besito en la mejilla. El griterío fue descomunal, de libro. El resto de chicos nos volvimos invisibles desde aquel instante, somos demasiado normales. Seguro que parte del dinero de mi entrada fue a parar a los bolsillos de ese par de gañanes.
- Suceso número 2: ahora Kiko Rivera (Paquirrín) es Dj. Seguro que se lo ha ganado a pulso gracias a décadas de dedicación. Sus "temazos" suenan en todos los Pubs hasta la saciedad. También es actor, presentador, organizador de fiestas, modelo...No sé si ser hijo de esa señora que no robó ni un duro de Marbella tendrá algo que ver. En cuanto le vea por Alfaro le pido un autógrafo. Teniendo en cuenta que llena discotecas no creo que sufra de crisis.
- Suceso número 3: de nuevo en la discoteca, lugar que frecuento en contadas ocasiones, un machote me tiró el cubata al pasar. Caminaba cual tanque, menudo perdonavidas. Si le llego a decir algo me suelta un derechazo. El individuo se subió al podio, se arrancó la camiseta y comenzó a bailar de modos exagerados. No había visto nada igual desde Fred Astaire con gastroenteritis. Las hembras le coreaban al unísono, babeando cual caracolas. Resultó ser concursante de Mujeres, hombres y Viceversa, claro. Sé de buena tinta que cuando va al lavabo acostumbra a abrir los grifos con los pies, todo un malote. En definitiva, se llevará buen sueldo y a mí se me caen las copas.
Por terminar, de todos es conocida la humildad de Cristiano Ronaldo (copiada por montones de colegiales), la prodigiosa voz de Justin Biever, las grandiosas dotes de interpretación de Myley Cyrus o Pilar Rubio, el agudo sentido del humor de Pipi Estrada, la inteligencia de Rafa Mora, etc, etc, etc. Sigamos haciéndoles ricos, claro que sí.
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