jueves, 4 de octubre de 2012

El principio

             Adoro  los comienzos, esos primeros ladrillos que sostienen el muro de cualquier experiencia. Quizás lo que más me gusta es recordarlos pasado el tiempo ya que, como suele decirse, los toros se ven mejor desde la barrera. Comenzar no es tarea fácil, supone una alteración...una sacudida a las rutinarias rutinas. Nuestra vida se desorganiza más que el dormitorio de un adolescente y todo resulta gelatinoso, desconocido. Avanzas con la inseguridad de aquel que camina sobre terreno pantanoso y teme hundirse en la próxima pisada. Tienes miedo, pero ese temor te empuja a ofrecer el máximo en cada instante ¡necesitas estar alerta! Quizás no sea ni la carretera ni el momento adecuado, pero algo llamado interés recorre tu estómago ¿Qué habrá al otro lado?¿Por qué no intentarlo? La vida es evolución: "Cuando dejamos de cambiar dejamos de ser" (R. Burton)


                Existen cambios voluntarios, pero otros saben peor que levantarse de la siesta para contestar el teléfono. Cada nueva situación es una ventana que se abre, un nuevo territorio que conquistar. En casa nos sentimos importantes y seguros, acurrucados bajo una mantita, pero es necesario salir a dar una vuelta si queremos avanzar. Pasearnos por el mundo, llueva o haga sol, refresca las ganas y las ideas...ayuda a comprender que existe mundo más allá de nuestras narices, que lo bueno requiere esfuerzo y que las oportunidades están ahí fuera esperando que alguien las recoja. Sin boleto no hay lotería, sin arriesgar no hay premio. Nadie vendrá a ofrecerte nada sin haber luchado antes. Al timbre sólo llaman para echar facturas y propaganda. 

                  No tengas miedo por comenzar. Quien no comienza está acabado.

4 comentarios:

  1. Muy, pero que muy interesante, deberías enviarlo a alguna revista tipo SemanalXL, lo mismo sería el principio de algo, y ya sabes el que no arriesga no gana.

    ResponderEliminar
  2. Vente a Dublín y comienza!!!

    ResponderEliminar