miércoles, 16 de mayo de 2012

¿Y ahora, qué?


Parecía fácil o, al menos, no imposible. Nada preocupaba demasiado en el interior de aquella burbuja de ensueño llamada Universidad, pero el posterior choque con la realidad es un bofetón a mano abierta que deja los cinco dedos grabados sobre la cara. Tan marcados que parecen el símbolo de una ganadería. Astados nº 1 de su promoción para los diestros “Filita del Paro”, “Empresario Explotador” y “Oportunidades Mínimas”. Qué futuro tan esperanzador el nuestro ¡ole!


Estudia mucho, hijo, estudia. Ya verás como en unos años te ríes de esos compañeros que pasan la clase haciendo avioncitos de papel. Saca las mejores notas de la clase, hijo, esfuérzate. Cuando obtengas el título serás el rey del mambo, se te rifarán. Tu vida será magnífica. Empresarios de todo el globo harán cola a las puertas de la facultad, inquietos ante tu llegada. Ten cuidado no te arranquen un brazo de tantos tirones. Ganarás dinero, conocerás a la mujer de tu vida y compraréis el mejor de los pisos, vistas al mar. En él vuestros retoños crecerán sanos y salvos. Viviréis felices y comeréis perdices, envejeceréis juntos. Colorín colorado…ESTE CUENTO SE HA ACABADO.

Recuerdo el día en que terminé mis estudios, no fue como esperaba. Tras tantos exámenes, discusiones, trabajos, nervios y durezas, supuestamente uno ha de sentirse bien, aliviado. La verdad es que abandonas el edificio, dices adiós a tus compañeros (para siempre), haces la maleta y coges un autobús, rumbo a casa. Por la ventanilla observas cómo esa vida que pintaba eterna se hace cada vez más pequeña. Ya en tu hogar abrazas a tus padres, te sientas en la cama y, mirada perdida, susurras “¿Ahora qué?”


El teléfono no suena, los empresarios no pelean. Pierdes el día escupiendo currículos que acabarán en cualquier papelera. Pasan y pasan los días, pasan de ti y pasas de todo. Algún trabajo temporal, alguna clase particular, alguna chapucilla. Tu mayor fuente de ingresos siguen siendo las propinas de la abuela ¿Volver a estudiar? ¿Irse al extranjero? ¿Pudrirse en el sofá? Para todo se necesita dinero, dinero que no tienes o no deberías gastar. Sólo queda esperar.

1 comentario:

  1. No te desanimes Moi. Si los empresarios no vienen a ti, hay que hacerse a uno mismo. Después de muchos años trabajando para otros, creo que va siendo hora del reconfortante momento de ser mi propio jefe. En cuanto a usted; eres joven y tienes el mundo a tus pies. Viaja tío, viaja y aprende, que tendrás todo el tiempo del universo para echar raíces. Te me estás trentañerizando y eso no puede ser. Un cordial beso en la nuca, y que sepas que estoy prácticamente acabando ese escrito que tenemos a medias con identidades distintas.

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