lunes, 6 de febrero de 2012

Historias de madrugada

             Discoteca, cinco de la madrugada. Poco tienes que ver con aquel chico que se engominaba en el baño seis horas antes, al ritmo de Just feel better. Olías a perfume, tus zapatos brillaban como el sol y tu ropa parecía sacada de un anuncio. El espejo reflejaba tu mejor versión. Desprendías optimismo por cada poro y te invadía un presentimiento. Ahora no sabes a qué hueles, peleas por medio metro cuadrado y tus rodillas están demasiado gastadas para repetir el único paso de baile que conoces. Te niegas a soltar la copa a sabiendas de que es simple hielo derretido. Tan derretido como tú.


           Por tercera vez suena la misma canción y buscas una mirada cómplice que te haga creer. Contemplas los alrededores y nadie parece pasarlo demasiado bien. Carcajadas forzadas, torpes movimientos e inútiles intentos por despertar acompañado. Búsqueda de un gol en el añadido. Nadie se atreve a ser el primero en abandonar. Mal de muchos, consuelo de tontos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario