sábado, 18 de febrero de 2012

Momentos antes

            Del salón a tu habitación, de tu habitación al baño, del baño al salón y vuelta a empezar. Menuda peonza humana. Te es imposible parar, pobres vecinos de abajo. De vez en cuando pones de tu parte, respiras hondo y  finges normalidad. Enciendes la tele e incluso echas un vistazo al periódico. Lees y lees, pero no entiendes nada  ¡¡¡Estar sentado arrugará la camisa!!! ¡Levántate del sofá! 

           No puedes cometer errores de cálculo...hoy no. Caminas, caminas y caminas. Un pie tras otro, una duda tras otra. La ropa que convencía hace cinco minutos ahora queda fatal. Esos colores no favorecen... Veamos qué ocurre con otros vaqueros...Ahora la fastidian tus zapatillas...Demasiado formal, demasiado informal o demasiado normal ¿qué narices le gustará?... Date prisa ¡Date prisa! Sólo queda una hora...Tiempo suficiente para volver a ducharte y empezar de cero.


            Con gomina...no, no...mejor sin gomina...Qué coño ¡bien de gomina! Ufff...Apenas queda perfume. Habrá que agitar bien el frasco o ponerlo boca abajo. Quizás el de papá huela mejor. Desodorante, más y más desodorante. Los nervios hacen transpirar. Te sientas al borde de la cama y escuchas esa canción que siempre motiva. Tarareas...desafinas...miras tu reloj, miras al techo y otra vez al reloj. Tienes 20 minutos y un calcetín del revés.

             Últimos retoques frente al espejo. Puede que tu metro 85 no baste para estar a la altura. Demasiado tarde para milagros, esa es la pinta que te hará triunfar o fracasar. Con suerte tu camisa se convertirá en "la de la suerte" ¡10 minutos! Sal ya o llegarás tarde a vuestra primera cita. No hagas esperar a tu futura preocupación. 

2 comentarios:

  1. tu futura preocupación o tu futura ilusión, según se mire =)

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  2. Pues sí, pues sí...pero ser pesimista es más poético.

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